Las legendarias calles de Mónaco y sus especialistas
hace 12 años
Siempre que se llega al Gran Premio de Mónaco, algunos pilotos sonríen de oreja a oreja. Los llamados especialistas en circuitos urbanos, saben que tienen una oportunidad muy buena para demostrar su talento.
A lo largo de los años se han visto actuaciones legendarias de pilotos que eran auténticos fueras de serie en las calles del Principado. Daba igual que el coche con el que compitiesen no fuese el más competitivo, Mónaco era un lugar donde la máquina contaba menos, y las manos mucho más. En la Fórmula 1 de hoy en día, ya no se pueden hacer este tipo de exhibiciones ya que los coches son demasiado determinantes, pero de vez en cuando vemos actuaciones chispeantes.
"Pilotar un F1 entre raíles es un arte". Esta frase la dijo en más de una ocasión Jean Alesi. Uno de esos pilotos que sabían sacar brillo a unas vallas que siempre están esperando atentas a recoger los alardes de valentía de los pilotos. El francés era capaz de pilotar auténticos desastres de coches de una forma realmente maravillosa. Otro conductor coetáneo a 'monseiur' Alesi, el 'playboy' Eddie Irvine, también era un fuera de serie. Ese podio con el Jaguar R2 fue impresionante.
Si nos vamos más atrás, no podemos dejar pasar la figura de Ayrton Senna. Todo lo que se diga del brasileño recorriendo las calles de Montecarlo es poco. Cocina de alto standing para los paladares más exquisitos. 1992, Ayrton en un McLaren Honda y Nigel Mansell en un Williams Renault. Sin palabras.
Hablar de Mónaco, es hablar de gestas de grandes pilotos. No hay un superclase campeón que no haya hecho algo especial en el Principado. Graham Hill, vencedor en cinco ocasiones de este Gran Premio y conocido como 'Mr. Monaco', es el único que a lo largo de la historia ha conseguido la Triple Corona, esto es, ganar en las 24 horas de Le Mans, vencer en las 500 millas de Indianápolis y llevarse el título de campeón del mundo de Fórmula 1. Las leyendas siempre han asaltado la banca en Montecarlo.
Enorme esfuerzo físico y mental
Para llegar a dominar una pista como la que vamos a ver en este próximo fin de semana, hay que tener una dureza mental y física tremenda. No hay un Gran Premio que sea tan estresante como el de Mónaco. Apenas hay un lugar donde los pilotos puedan llegar a descansar unos segundos. Hoy en día, con el cambio de marchas en las levas y sin embrague, no es tan duro, pero sigue siendo un reto. Imaginarse lo que era eso con la caja en H, y con embrague es para estar haciendo reverencias continuas a todos aquellos pilotos que compitieron en esas condiciones.
Para hacer un buen resultado se necesita llevar el coche al límite, pero sin superarlo. Aquí no hay una escapatoria que te deje seguir tan ricamente. Los muros son implacables, y no entienden de categorías. Da igual que seas un 'rookie' o un múltiple campeón del mundo. Las manos son esenciales. Un piloto reactivo tiene más opciones de poder llegar a salvar una situación límite.
Al ser un trazado urbano, la calificación es gran parte de la base del resultado del domingo. Si no estás entre los primeros, te puedes ver abocado a tener que realizar una carrera realmente aburrida, detrás de un tren de coches a los que no puedes superar porque no hay materialmente espacio. Por eso aquí la combinación de un coche normalito, y unas manos geniales, suelen ser más efectivas que un gran coche con un piloto con manos no tan buenas. Mónaco es glamour y fiesta, pero también el lugar donde la calidad sale a relucir en todo su esplendor.
12 Comentarios
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Si tenemos la suerte de que gane Fernando Alonso, será el primer piloto en ganar en Monaco con 3 escuderías diferentes. Saludos.