Alonso, la tormenta perfecta
hace 13 años
He esperado algunas horas antes de escribir para poder digerir todo lo que vimos ayer en Valencia, ya que si os escribo ayer hubierais pensado que estaba poseído por el espíritu de Antonio Lobato... Y nada más lejos de la realidad. Precisamente Alonso no es mi piloto favorito, me declaro “DelaRosista” confeso, que viene a ser lo mismo que la versión formulera de un aficionado al Atletico de Madrid.
Pero lo que hizo ayer el asturiano me dejó sin palabras, no hay adjetivos para describirlo, sublime, fantástico, superlativo, extraordinario, mágico... Fue la carrera perfecta, pero no sólo a nivel pilotaje, fue la conjunción de los astros para que Fernando ganara. Todo lo que estaba en la mano de Fernando marchó perfecto, condujo el Ferrari durante 57 vueltas al 110%, sin el menor error. El equipo estuvo igualmente perfecto, aunque en el estado de gracia en que se encontraba ayer el asturiano, creo que hasta hubiera podido recuperar alguno de los típicos errores estratégicos. Pero aparte, necesitaba ayuda de otra parte, y su magia hizo que todo saliera redondo.
La salida ya me dejó sin palabras, es simplemente genial. En anteriores temporadas hablábamos de grandes salidas del asturiano, pero gran parte de la culpa la tenía el sistema de salida del coche, y parafraseando a Lauda, “hasta un mono podría ganar posiciones con aquellos coches”, pero en la obra de arte de ayer, la magia no estaba en el pincel, si no en el pintor. Tras una arrancada que distaba mucho de ser excelente llegó a la frenada y obró la genialidad pasando por donde no había sitio. Adelantamientos fruto de la pericia, de sus manos... y de algo que está entre las piernas.
Pasaron las vueltas y los milagros fueron sucediendo, mientras Alonso estaba luchando por ganar posiciones, Vettel se escapaba de un Hamilton no excesivamente rápido, quien estaba montando un buen trenecito. Pero la salida del SC hizo que las diferencias se enjuagaran.
Tras ello continuó la sucesión de milagros, Hamilton perdiendo tiempo en el pit stop... aunque ya a estas alturas, parece que lo milagroso será el día que no lo pierda. Luego en la resalida otro “porfuera” esta vez a Grosjean, quien en estos momentos aun estará intentando entender como le pueden pasar allí, por el exterior.
Más tarde, los alternadores de los motores Renault fallando y finalmente Maldonado. Aunque no se quien tiene más demérito, si Maldonado por impaciente, o Hamilton por testarudo, tratando de defender lo indefendible.
Y el postre, la guinda del pastel, fue la celebración de Fernando con la grada. El asturiano llorando, bandera de España en mano, toda la tribuna y piloto saltando al unisono, en uno de esos momentos de comunión entre piloto y afición...
Todo esto hizo que lo que tras la calificación debía ser un fin de semana para olvidar se convirtiera en una carrera que muchos no olvidaremos. En el archivo de mi memoria está archivada junto a Grandes Premios míticos como el de Donnington de 1993.
Realmente, si hoy alguien me pregunta si Alonso saliendo el 11º en Valencia, tiene alguna opción de victoria. Mi respuesta rotunda seguirá siendo, “es imposible que Alonso gane”...
4 Comentarios
Deja una respuesta
Excelente artículo Santiago.
Gracias.