Históricamente, el circuito de Montmeló ha sido, los domingos en carrera, una de las pistas más anodinas y aburridas del campeonato desde hace muchos años. Mis lectores asiduos en el tiempo recordarán haberme leído esto muchísimas veces. Y es cierto. Es un trazado muy técnico, en el sentido del monoplaza, lo que hace por ejemplo muy dificultoso el adelantamiento en condiciones normales e iguales… cualquier trazada distinta de la idónea te penaliza mucho, y al final todo ello concluye en monoplazas en tren.
Pero hoy algo ha cambiado, y sobre todo debido a las distintas y múltiples variedades en el abanico de compuestos de Pirelli elegidos por unos y otros, el asunto se ha reconvertido de tal forma que hemos vivido en Barcelona una de las mejores carreras que aquí se recuerdan. Vibrante, emocionante, con incertidumbre, adelantamientos y acciones brillantes… y hasta con un duelo fastuoso en una secuencia bestial entre Lando Norris y George Russell, rodando en paralelo poco menos que durante medio circuito seguido, que va a quedar para los anales retrotrayéndonos a aquellas acciones y duelos sublimes de la Fórmula 1 de hace 30 o 40 años. Espectacular.
Aparte de esto, apuntar que hoy Max Verstappen, ganador de la prueba, ha dado un puñetazo encima de la mesa ante sus rivales. El rey sigue siendo él, y punto. Cierto es que es que para hacerlo no le ha bastado con manejar decentemente el hasta ahora mejor monoplaza con diferencia de la parrilla… ha tenido que trabajar de lo lindo y sacar las armas. El mismo tricampeón holandés ha reconocido ante la prensa que tal vez ahora ya no sean los bólidos más fuertes… pero sí tienen (esto lo digo yo) al piloto más poderoso hoy en día, de largo.
Y es que nos hemos cansado de escribir y leer en los últimos años que los tres campeonatos de Max, sin menospreciar el talento del corredor, son poco menos que meros trámites a tenor del sideral monopolio y supremacía que ejercía su máquina Red Bull frente a los rivales, de modo que Verstappen apenas debía limitarse a no salirse de lo negro y conducir con una mano para así atesorar un sinfín de Poles, Vueltas Rápidas, Grandes Premios y campeonatos.
No diremos que esa superioridad terrible no se diera, evidentemente que sí. Pero tal vez eso nos ha hecho olvidar, o no tener tan presente, que tras la ingeniería había y sigue habiendo una bestia humana de un talento antológico. Un depredador absoluto. Un piloto al que posiblemente no sea suficiente (ni por asomo) con igualarle la máquina para superarlo. Esto lo hemos empezado a ver esta temporada desde hace alguna carrera; lo hemos vivido especialmente hoy en España; y para el disfrute del aficionado, creo y espero que lo vamos a seguir viendo en este mundial cada vez más apretado… pero no se engañen: apuesten por Max, el rey sigue siendo él.
No obstante se lo puso crudo Lando Norris, segundo hoy tras un fin de semana sobresaliente, vuelta rápida de carrera incluida, y que a poco estuvo de alcanzar al neerlandés en la recta final de la prueba. Tal vez le faltaron un par de giros al genial británico de McLaren, aunque también es posible que ya Verstappen estuviera reservando algo de goma y gestionando la ventaja que tenía para llegar a meta sin problemas. Aun así, espectacular Norris que se aúpa a la segunda plaza del mundial y que como decíamos ayer, ya no es una sorpresa… es literalmente una amenaza, y muy seria.
Y tercero finalizó Lewis Hamilton, en una buena carrera que lo asciende al podio que no había pisado aún este año, y sobre todo que confirma otro asunto de lo apuntado ayer: y no es otro que Mercedes ha hecho bien los deberes y ha llegado arriba para mantenerse. Hace un par de meses parecía que solo estaban Verstappen y los Ferrari, con algún destello tal vez de McLaren… hoy cualquiera de estos ocho monoplazas pueden ganar una carrera sin que sea una sorpresa. Aleluya.
Y estos fueron los resultados, tiempos y posiciones provisionales del Gran Premio de España 2024:
