Manor podría quedarse a las puertas del Gran Premio de Australia
hace 10 años

Y es que hay algo que es una evidencia. Sin preparación los inicios son muy complicados. Este es el culebrón que le ha tocado representar a Manor. Tras conseguir el visto bueno para empezar la temporada de Fórmula 1, adaptar el monoplaza del año pasado y contratar dos pilotos; el equipo podría ver cómo les arrebatan el sueño de estar en la parrilla de salida.
Un nuevo varapalo
Desde la llegada a Australia, todos los procedimientos parecían normales y habituales de la rutina de un Gran Premio. Los coches de Roberto Merhi y Will Stevens estaban en sus boxes mientras los pilotos hacían la vuelta de reconocimiento al trazado de Albert Park. Mientras tanto Graeme Lowdon asistía a lo rueda de prensa de los jefes de equipo organizada por la FIA en la que Monisha Kaltenborn fue el foco principal de las preguntas, debido al caso judicial entre Sauber y Giedo Van Der Garde.
Pero hoy no se ha visto en pista ni a Stevens ni a Merhi. La mala suerte y la ausente preparación del equipo han dado un duro revés para el recién llegado equipo. Un problema de software ha impedido siquiera que pudiesen salir a rodar y por ello está en duda su participación en la jornada de mañana y la carrera del domingo. Se trata del software que va conectado a la unidad de potencia que, tras reconocer un error, impide la puesta en marcha del elemento proporcionado por Ferrari.
Por todo ello, los mecánicos de Manor deben resetear todos los sistemas del coche para que cada parte del mismo funcione como debe. No obstante, Lowdon no pierde la esperanza: “Lo único que puedo asegurar es que trataremos de resolver el problema con cuerpo y alma, dejándonos la piel. No es un solo problema, es un conjunto de problemas, ninguno de ellos es una gran sorpresa teniendo en cuenta el poco tiempo que hemos tenido para llegar hasta aquí en un espacio de tiempo muy corto.”
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