El coche de seguridad virtual se integra a la reglamentación de la Fórmula 1

Buenas noches:
Aunque es tarde, aprovecho la ocasión para felicitar a todos el nuevo año pues no he escrito desde el anterior.
No vengo a comentar nada de la actualidad pues ahora mismo todo el mundo está a la espera de la presentación de los nuevos monoplazas y de la aplicación de los cambios reglamentarios de cara a la nueva temporada, lo que voy a hacer es salir por la tangente una vez más porque me siento inspirado y por eso escribo.
Supongamos un piloto que da comienzo a su vuelta rápida en unos entrenamientos cronometrados.
- Afronta la recta de meta a toda pastilla acelerando a fondo para conseguir la mayor velocidad posible hasta el final de recta, incluso ayudando con el cuerpo hacia delante y con las ganas.
- Llega a final de recta y calcula la frenada que tiene que aplicar y a qué distancia máxima hacerlo en función de la velocidad de llegada, de la velocidad que le permite el radio de la curva, además de las condiciones de adherencia de los neumáticos y de la pista.
- Inicia el trazado de la curva a la velocidad adecuada sin haberse pasado de frenada y sin acelerar nada o solo lo necesario para mantener la velocidad, girando el volante con “mano de hierro” en “guante de seda”, o con energía pero sin brusquedad y con precisión, describiendo un arco con un radio lo más abierto posible que le permita así una mayor velocidad de paso por curva. Acelera progresivamente desde el vértice medio abriendo a la vez la trazada lo más posible hasta hacerlo a fondo al final de ella, afrontando la siguiente recta de nuevo para así repetir el mismo proceso hasta la siguiente.
- Afinando mucho, se va dando cuenta que los puntos de frenada, de giro o de aceleración, aunque tienen una ubicación física sobre la pista en los que uno aplica la acción que corresponda, tiene igual o más peso en la ejecución de ésta el tiempo de reacción propio que el sentido de la vista que nos está mostrando la referencia donde debemos ejecutarla (no sé si me explico porque quizá esto puede ser una visión personal).
- También ve que es importantísimo tener y desarrollar la sensibilidad suficiente para notar las reacciones del coche que le permita adivinar su comportamiento y/o variarlo mediante reglajes hasta adaptarlo a su forma de conducir, además de una rapidez de reacción y de un sentido del equilibrio óptimo que para realizar todas estas tareas de forma coordinada. No diré nada cuando hay más vehículos en pista haciendo lo mismo y peleando por estar delante tuya.
Todo esto repetido mil y una veces te hace pulir el proceso hasta límites insospechados (sus propios límites) que le llegan a sorprender y le proporcionan una gratificante sensación de superación, además de la excitación proporcionada por el propio pilotaje.
No voy a seguir describiendo la conducción en tercera persona, sino que voy a enaltecerla porque esta es la esencia pura del automovilismo y de este deporte de la F1 aún más, pues es el que se supone que está en todo lo alto en el escalafón de la velocidad. Quiero hacer esto para reclamar un espíritu que se está perdiendo que es el de la conducción y que para mí es el más importante. Todo lo demás es secundario, aunque buena parte sea incluso necesario, y no se debería perder dicho espíritu a la hora de llevar a cabo las carreras para que estas resulten entretenidas para los seguidores asiduos o llamen la atención a los que las presencien por primera vez, asegurando así la pervivencia de la disciplina deportiva por muchos años más.
Un saludo a todos y espero que se mejoren las cosas.