Hasta siempre "Cabezón"... contigo se inició una de las mayores leyendas de la F1
hace 12 años
Dicho así, y de esta manera, en frío, este titular puede sonar exagerado, incluso pretencioso. Máxime cuando habrá numerosas generaciones de jóvenes aficionados a quienes ni siquiera sonará de lejos su nombre, José Froilán González… o ese cariñoso apelativo con el que se le conocía en la profesión: “El Cabezón”.
Sí, puede dar apariencia de sensacionalista hablar de este superlativo piloto argentino de Arrecifes como uno de los precursores, o el que inició uno de los mitos más grandes de este deporte… Pero si decimos que González fue el primer piloto que cosechó una victoria en Fórmula 1 para la Scuderia Ferrari, en unos momentos difíciles, incipientes, complicados, cuando la competencia era cruenta en grado sumo, y las apuestas tanto a nivel empresarial como personal eran altamente arriesgadas… si ahora vemos lo que es Ferrari, hoy día, con todo lo que conlleva, con toda su historia, y echamos la vista atrás, a los albores de este deporte, tal vez no sea tan aventurado, tan descabellado, cuando recordamos a este personaje, desde la trascendencia que sin duda merece, afirmar lo dicho, a la vista de lo que hoy es, supone, y ha devenido la leyenda del Cavallino Rampante.
Y resulta que todo empezó casi de rebote. Casi en una apuesta personal, arriesgada, como decíamos… Cuando aquella mañana temprana, de hace más de 62 años, el Director Deportivo de una bisoña aun Ferrari, Nello Ugolini (ya entonces universalmente llamado “Il Maestro”) por orden de su patrón se presentó, casi asaltó en pijama, a José Froilán González en su hotel, y le propuso correr para la Scuderia, "El Toro de la Pampa" a poco no pensó que aún no se había despertado del todo. De hecho, luego confesaría que más tarde, aquella noche, apenas llegó a conciliar el sueño.
Confieso que cuando me preguntan qué cosa hice para que el Commendatore me llamara, repito que eso simple de ganar tres carreras seguidas. Dos aquí, en la Costanera, a las Mercedes, con la Ferrari de chasis corto. Y también otro éxito en la Gavea de los brasileños… Un telegrama de Ferrari aquí… otro allá.
Después se presentó la oportunidad para seguir con Juan (Manuel Fangio) y le metí para adelante. Ahí apareció la variante, Juan tenía contrato con Alfa y para ayudarme me quería enganchar con Maserati. Ferrari tenía su cuadro de pilotos completo: Ascari, Villoresi, Taruffi y Serafini. Pero el viejo Serafini se pega en las Mil Millas y tiene un yeso largo (sufrió un terrible accidente). Taruffi se enferma (y además tiene contrato para correr con Gilera el Mundial de Motociclismo)… Venía Reims; yo tenía lista una Maserati del equipo oficial del ACA. Me estaba afeitando cuando me avisan que Nello Ugolini, director deportivo de Ferrari, me quería ver. No sé si me saqué todo el jabón de la cara, ¿te imaginas? Creo que hasta lo abracé cuando lo vi. El, que era muy serio, muy noble italiano, me aclaró que tenía un pedido de Ferrari, que yo probara uno de los coches en Reims. Antes de que terminara, ya le había dicho que sí.
Y Reims vino bien. En dos o tres vueltas estaba discutiendo el mejor tiempo. ¿Sabes? Era fácil Reims: caminos largos de campo, curvas sin complicaciones y el auto era una maravilla. Fácil de llevar, lo habría hecho cualquiera…
La carrera de Reims (Francia) de aquella primera semana de Julio de 1951 acaba con González segundo, de buenas a primeras. Y le llega el primer contrato oficial de Ferrari:
Mira, Froilán, me decía el ingeniero, vas a ganar 150.000 liras. Las mismas que le pago a Ascari y a Villoresi. Iremos al 50% en los derechos de partida. Y también al 50% en premios, publicidades...Yo únicamente le pregunté si estaba asegurado. No se mosqueó; me contestó que todos sus corredores corrían asegurados, siempre. Y entonces firmé.
Aquel hombre humilde, aficionado a los autos y a la mecánica desde chico, a pesar de las reticencias familiares (su tío Julio Pérez había fallecido en un accidente de una carrera de rallys en 1940) que se forjó en la competición primero bajo seudónimos, y luego ya con su nombre en la categoría Fuerza Limitada Argentina… aquel joven que más tarde apoyado por el ACA (Automóvil Club Argentino) y por el gobierno del país (parece ser que los subvencionaba con un abono de unos 200 dólares mensuales) pudo viajar junto a Fangio y Marimón a competir a Europa… aquel corredor, "rara avis" entre la nobleza y clasismo imperante a este lado del océano en aquella época, conseguía un contrato con Enzo Ferrari.
Y a los trece días, llega la cita de Silverstone (Inglaterra), la archiconocida carrera que trazó la primera línea de una leyenda que hoy día sigue viva y creciendo, nada menos que la del equipo de autos de carreras más mítico y afamado de la historia…
El viernes, cuando clasificábamos y yo hacía el 1, me venía a ver Juan al box. Y desde lejos, sonriente, me revoleaba aquello de: « ¿Viste que yo tenía razón? ¿Que aquí nos iban a pasar el trapo?» Y me abrazó. Me abrazaban todos, porque era el primer piloto en correr por arriba de las 100 millas en ese circuito.
Yo sabía que tenía algunos puntos a mi favor. La Alfetta devoraba el combustible; cuando Fangio se detuviera para cargar otros 300 litros, iba a tardar entre 48 y 50 segundos. Mi Ferrari se arreglaba con 220 litros que entraban en 23 segundos clavados. Encima, ellos tenían dificultades para acelerar a fondo. En Silverstone, las rectas eran cortas. El torque de nuestro motor llegaba al punto ideal a las 7000 vueltas; las Alfetta necesitaban tocar las 9000. En ese curverío, yo necesitaba menos para frenar, doblar y acelerar. Todo lo hacía antes… Fangio me pasó, pero a mí no me asustaba eso, porque no se me iba. Lo tenía ahí adelante, siempre a la vista. Entonces, lo mío era una cuestión de no enloquecerse. De cuidar el auto, viajar siempre cerca de la punta y esperar. Y gané.
A partir de ahí, las mil y una anécdotas, leyendas y aconteceres, cientos de veces referidas sobre Froilán González, “Don Pepe”… desde el famoso regalo del reloj de oro prometido por Enzo Ferrari “A quien derrote por primera vez a nuestros c0mpetidores”, hasta la estrecha relación, casi paternal, que ese patrón, puede que en cierta medida el personaje más trascendente entonces de Italia, llegó a fraguar con el argentino.
No era para menos. Don Enzo jamás lo olvidaría, ni jamás dejaría de agradecérselo… y el mismo González explicaba con sus propias palabras, tan simples y bellísimas que sientan una cátedra irrefutable, lo que puede valer como una lección de historia:
Te voy a dar la justa. La cuestión deportiva, a veces, tiene que ver con razones que vienen desde muy lejos. En el automovilismo deportivo, lo de Alfa Romeo tenía estrecha relación con la Italia rica. Con lo mejor de las clases sociales, la de los títulos. La de la pompa bien entendida. Alfa Romeo era Milán.
Ferrari venía a ser un producto laborioso de la Italia que estiraba cada lira como chicle para poder subsistir. Ferrari era Módena. Compara. Por ese camino es posible encontrar el significado que tuvo la victoria que yo conseguí por el campeonato mundial de conductores en 1951, sobre la Alfetta. La primera de Ferrari.
¿Cómo era posible que un auto construido en la Italia de la necesidad, de la carencia, derrotara a un producto noble, afamado internacionalmente como lo era la Alfetta?
Poco más se puede decir… Siempre queda ahondar en cientos de páginas de biografías, hemerotecas, testimonios, y animamos al lector a sumergirse en ello… pero la esencia, la pincelada, se la dejamos dada…
Hace un par de noches, el 15 de Junio, “Don Pepe” nos dejaba. Para siempre… Su motor, sus cilindros y válvulas se detenían definitivamente, tras 90 inviernos de carreras, para el reposo del guerrero. Pero realmente, los hombres así jamás nos dejan. Siempre perviven. Así ha de ser. Y así hemos de encargarnos nosotros de que sea...
...Y de afirmar que hoy, “Cabezón”, estarás, como rezan de tu amigo Tazio Nuvolari,… “corriendo juntos más veloces, si cabe, por las pistas del cielo”.
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Fuentes:
>> Biografías de J. F. González y Ferrari
>> Alfredo Parga. Conversaciones y entrevista publicadas: ( lanacion.com )
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31 Comentarios
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Aparte de nuestro pesar, ante tan dolosa pérdida para con los allegados y la gente del piloto, queremos hacer llegar nuestras condolencias, y mandar un fuerte abrazo, a un entrañable amigo de FormulaF1.es, considerado por todos nosotros miembro de honor de nuestra familia, al otro lado del océano: el Sr. Jorge Fernández, de quien sabemos estaba muy unido y mantenía una longeva y estrecha amistad personal con José Froilán González... y que seguro estará pasando también un duro momento.
Ánimo, amigo !!!